La forma de consumo al que nos ha dirigido la industria textil es un sistema basado en el estreno por temporadas, de ropa barata y con un marketing agresivo que nos invita a comprar y a renovar nuestros armarios de forma constante. Un sistema que tiene enormes impactos medioambientales, dentro y fuera de nuestras fronteras.
«Cada año, 92 millones de toneladas de residuos textiles terminan en los vertederos»
Entre el año 2000 y el 2015, la producción textil se duplicó a nivel mundial, superando los 100.000 millones de prendas anuales, según un estudio de la Fundación Ellen MacArthur. Se compra un 60 % más de ropa que hace 15 años y el número de veces que se utiliza cada prenda se reduce: un 30 % de lo que hay en los armarios europeos no se ha vestido en al menos un año.
En total, a nivel mundial, se cuantifican unos 92 millones de toneladas de residuos textiles anuales, el equivalente a un camión enterrado o incinerado cada minuto. Tan solo en España se generan más de 900 000 toneladas de residuos textiles cada año, de las que solo se logra reciclar algo más de la décima parte. Esta cifra incluye tres tipos de residuos: los llamados excedentes de producción, aquellas prendas que los fabricantes no consiguen vender; los residuos preconsumo, que se desechan durante el proceso de fabricación; y la ropa que los consumidores tiran a la basura una vez utilizada.
Montañas de ropa usada en el desierto de Atacama (Chile)
Se espera que esta situación cambie a raíz de la Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que establece la obligatoriedad por parte de las entidades locales de la recogida y el reciclaje completo de diversos tipos de residuos, entre ellos los textiles, como muy tarde el 31 de diciembre de 2024.
A día de hoy, no hay en España ninguna normativa específica que obligue a separar ni a reciclar los residuos textiles. Esto significa que pueden terminar en los vertederos, donde la ropa se descompone en un lento proceso que dura años. Otras prendas acaban en los contenedores que diversas asociaciones tienen en las calles para volver a comercializarlas, pero las cantidades son tan grandes y la demanda tan pequeña que es físicamente imposible reutilizar todo lo generado.
Ropa en la planta de reciclaje de Moda-Re en Martorell.
Consejos para una moda sostenible
-Antes de ir de compras, revisa bien tu armario y haz una lista con aquello de verdad necesitas.
-Evita las compras impulsivas o las tendencias muy temporales, que puedan pasar pronto de moda, y apuesta en su lugar por prendas de calidad.
-Compra local. Si las prendas están hechas en tu país o en zonas cercanas, es probable que su huella medioambiental sea menor. Además, contribuiremos a la sostenibilidad social de nuestro entorno.
-Apuesta por prendas de materiales orgánicos o reciclados.
-Si además están hechas de un solo material (por ejemplo, 100 % algodón), tendrán más posibilidades de ser recicladas en el futuro.
-Atrévete a probar tiendas de segunda mano
-Si una prenda se rompe, arréglala. Cuando ya no la uses, regálala, dónala o transfórmala para darle una segunda vida.