Un español gasta de media unos 132 litros de agua diarios para actividades diarias como beber, cocinar, lavar y bañarse. Se trata de unas de las cifras más altas de toda Europa. En épocas de bonanza, cuando las reservas hídricas están en un momento de esplendor, consumir un centenar de litros de agua al día no tendría por qué suponer un problema. ¿Pero qué pasa cuando el agua escasea? ¿Podemos (o debemos) gastar tanta agua cuando estamos en alerta por sequía? Los expertos piden «más conciencia ciudadana» para reducir el consumo de agua y no tensionar aún más las reservas hídricas.
Estos son algunos pequeños gestos que puedes hacer en tu día a día para reducir tu consumo de agua durante este verano de sequía extrema. Toma nota también de algunos de los cambios de hábitos más significativos para reducir tu huella hídrica.
1.- Cierra los grifos
El primer consejo para reducir el consumo diario de agua tiene que ver, cómo no, con cerrar los grifos cuando sea necesario. ¿Sabías que dejar correr el agua mientras te lavas los dientes puede consumir entre seis y veinte litros de agua en cuestión de minutos? Lo mismo ocurre con dejar el grifo abierto mientras se lavan los platos. Este gesto puede triplicar el consumo de agua necesario para lavar la vajilla.
2.- Duchas más cortas
Uno de los hábitos diarios que más agua consume son las duchas. Se estima que durante una ducha se consumen entre 10 y 25 litros de agua por minuto. Esto implica que una ducha de tan solo 10 minutos supondría un gasto de entre 100 y 250 litros de agua. Uno de los principales consejos para reducir este gasto es, por un lado, tomar duchas más cortas y, por el otro, cerrar el grifo en los momentos en los que no sea necesario. Un método fácil y eficaz para monitorizar el tiempo de ducha es utilizar una canción como cronómetro.
3.- Tirar de la cadena
Un gesto tan sencillo (y necesario) como tirar de la cadena después de ir al baño consume entre seis y 12 litros de agua. En este caso, el consejo para reducir el gasto no está tanto en tirar menos de la cadena sino en utilizar, en la medida de lo posible, inodoros de alta eficiencia en los que se utiliza menos agua por descarga. En algunos portales de ahorro incluso se aconseja introducir botellas de agua en la cisterna para reducir el volumen de cada una de las descargas.
4.- Regar al amanecer o al atardecer
Otro buen consejo para ahorrar agua es regar de forma inteligente. Con un gesto tan sencillo como echar agua a las plantas o bien temprano por la mañana o tarde por la noche podemos conseguir que las plantas absorban correctamente este recurso y evitamos que gran parte del agua se evapore con el calor. Este hábito puede resultar especialmente importante en las épocas de verano, cuando las altas temperaturas favorecen la evaporación del agua. Otro gran consejo para los amantes de las plantas es apostar siempre por especies autóctonas ya que, por lo general, no requieren un consumo constante de agua.
5.- Planificar las lavadoras
Uno de los electrodomésticos de nuestros hogares que más agua consume son las lavadoras. Se calcula que cada lavado emplea entre 40 y 100 litros de agua. Para ahorrar en este aspecto, se aconseja, por un lado, planificar mejor las lavadoras para ponerlas en marcha solo cuando estén completamente llenas y, por otro lado, apostar por programas de lavado eficientes.
6.- Menos manguerazos
Usar una manguera de agua corriente para lavar el coche, limpiar el patio o, en general, para limpiar objetos de gran tamaño puede suponer un gran gasto de agua. Una manera sencilla de reducir el consumo es cambiar los manguerazos por cubos de agua así, por lo menos, se tiene el control de cuánta agua se está usando.
7.- Aprovecha cada gota
Piensa en todas aquellas veces en las que has abierto el grifo y has dejado correr el agua esperando que alcanzara la temperatura perfecta. En algunos casos, sobre todo durante la temporada invernal, este simple gesto puede desechar decenas de litros en cuestión de minutos. ¿Un consejo para evitar que esa agua se desperdicie? Ten siempre un cubo a mano, úsalo para recoger esa agua y utilízala para fregar el suelo, lavar el coche o regar las plantas ya que, al fin y al cabo, se trata de agua limpia y perfectamente reutilizable.
8.- Sin goteras
Un grifo que gotea o una tubería que pierde un ‘hilillo’ de agua podrían no parecer a priori un problema pero, gota tras gota, pueden convertirse en una gran fuente de desperdicio de agua. Para evitarlo, se aconseja efectuar revisiones periódicas a los grifos y tuberías de los hogares para detectar este tipo de desperfectos y repararlos en el menor tiempo posible.
9.- Cuidado con las piscinas
Llenar una piscina puede requerir entre 10.000 litros (en el caso de las más pequeñas, de 3 metros de largo y dos de ancho) y 150.000 litros de agua (en el caso de las grandes, de hasta 12 metros de largo y seis de ancho). A esto hay que sumarle varios centenares de litros más que se necesitan para el mantenimiento. Para evitar que el consumo sea aún más excesivo, se recomienda cubrir la superficie de la piscina cuando no se use para reducir la evaporación.
10.- Cambio de hábitos
Más allá de estos pequeños gestos que podemos hacer en nuestro día a día para disminuir nuestro consumo de agua, la clave para reducir nuestra huella hídrica está en el cambio de hábitos. Por ejemplo, dado que la industria textil es una de las que más agua necesita, comprar menos (y mejor) ropa puede ayudar a reducir significativamente el consumo de este recurso.